Acabo de orinar en un baño que no tiene puerta y relajar mi esfinter anal para solatar un gas en la cara de mi amigo Lelo que creo que no se dió cuenta porque está tan ebrio como yo. ¿Qué tan lógico es eso? Poco.
En esta noche me acompañaron mis amigos, un perro desnutrido al cual nadie quería y que se me montó encima, unos Chizitos y unos camotes, un juego de Monopolio, galleta con tocadas con manos ensuciadas por genitales, un Tampico y el gran Absolut Vodka que según lelo, viene de Suecia y que contiene 40% de alcohol según la botella.
Ahora no estoy tan ebrio por lo cual ya no podré cumplir lo que dije ayer. Todo el efecto del alcohol se me pasó mientras esperaba a estos tarados para escribir.
Pero a pesar de todo ello pasaron cosas muy memorables como que yo ganara el juego de Monopolio por mucho o que mi amigo Lexuzón gane un concurso de belleza (algo solo posible en el juego y no en la vida real).
Hablamos de muchas cosas, desde la universidad pasando por el colegio hasta terminar en hablar sobre experiencias sexuales. Tuvimos una conversación muy variada. Fue una de las mejores conversaciones de mi vida, o al menos eso digo ahora en el estado post-alcoholico que estoy.
Me escupieron alochol en la cara y un perro enteco me babeó mis zapatillas pero creo que valió la pena venir, incluso después de un dolor de cabeza que tenía en la tarde por el cual tomé pastillas.
Nadie vomitó por estar borracho, aunque lo hubiera querido, pero fue una buena noche. Amigos hay que repetirla.
En esta noche me acompañaron mis amigos, un perro desnutrido al cual nadie quería y que se me montó encima, unos Chizitos y unos camotes, un juego de Monopolio, galleta con tocadas con manos ensuciadas por genitales, un Tampico y el gran Absolut Vodka que según lelo, viene de Suecia y que contiene 40% de alcohol según la botella.
Ahora no estoy tan ebrio por lo cual ya no podré cumplir lo que dije ayer. Todo el efecto del alcohol se me pasó mientras esperaba a estos tarados para escribir.
Pero a pesar de todo ello pasaron cosas muy memorables como que yo ganara el juego de Monopolio por mucho o que mi amigo Lexuzón gane un concurso de belleza (algo solo posible en el juego y no en la vida real).
Hablamos de muchas cosas, desde la universidad pasando por el colegio hasta terminar en hablar sobre experiencias sexuales. Tuvimos una conversación muy variada. Fue una de las mejores conversaciones de mi vida, o al menos eso digo ahora en el estado post-alcoholico que estoy.
Me escupieron alochol en la cara y un perro enteco me babeó mis zapatillas pero creo que valió la pena venir, incluso después de un dolor de cabeza que tenía en la tarde por el cual tomé pastillas.
Nadie vomitó por estar borracho, aunque lo hubiera querido, pero fue una buena noche. Amigos hay que repetirla.
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